Cuando fantaseamos, no somos capaces de afrontar la realidad, de ser sinceros con nosotros mismos. Pensamos que todo es ir chasqueando los dedos para satisfacer el apetito y no nos damos cuenta de que el ansia nos va comiendo por dentro. Pasamos los días imaginando nuestro futuro, próximo o lejano, pero futuro. Algo que no sabemos si llegará, y, en caso de que llegué, cómo llegará o hasta cuando. ¿Qué es de nosotros si no llega?,¿tantas milésimas de segundo desperdiciadas para nada?.
No creo que sea mí caso. Me importa un mierda que el ansia me coma. Que se joda la realidad y que se joda el destino. ¿Qué hay de malo en soñar?, ¿qué hay de malo en ser feliz pensando en algo que te dibuja una sonrisa?
Imagino cómo sería irme de fin de semana con mi novia, sacarme el carnet de conducir, emanciparme o meterme a policía. Imagino cómo me irá todo cuando yo crezca, cuando cree una familia, cuando ya no sea un niño y me mude al pellejo de un hombre... Y, ¿De qué me sirve pensar cómo llegará? A mí me basta con que llegue. ¿Para qué pensar hasta cuándo? La vida está llena de sorpresas, pero existe la palabra luchar. Luchar es pelear, competir, abrirse paso en la vida. Si no soñamos no somos nadie, si no luchamos no somos nada.
3 comentarios:
Aunque bajo mi punto de vista no hayas empezado con buen pie éste escrito, cierto es que has ido corrigiéndolo, y ya, aprovecho para denotar también tu mejoría progresiva a la hora es escribir.
A ver si Pablo escribe con más asiduidad.
Un saludo señores.
Illo migue vas progresando en este tipo de relatos.
Mejorate!!
Gracias por tu consejo, intentaré esforzarme cada vez más. Gracias a tí también Sony.
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