Donantes de pelos

Dicen que los calvos son seres muy sexys. Pero ya no sé que creerme. El caso es que me afecta directamente por culpa del bombilla que tengo por padre. Desde hace un tiempo me preocupo más de mi cabeza que de algunas cosas entre muchas como lavarme los dientes, tirar de la cisterna del váter al usarlo o de ponerme el zapato en el pie correcto. Me gustaría que cuando llegara mi hora algún listo inventara algo para frenar la caída, pero tiene toda la pinta de que no.

Lo que más pena me da es cuando voy a la peluquería y veo el típico cartel donde vienen los precios. No hay oferta para calvos, pero allí que van los valientes a quitarse los pelos laterales y traseros. Está el típico espabilado que se deja largo los pelos laterales para pasárselos por encima "de lao a lao" y disimular, pero tienen menos mérito.

Cuando aún era pequeño, gordito y guasón me reía de mis 5 tíos, (calvos todos como su hermano que viene a ser mi padre y todos ellos hijos de mi abuelo, que a la vez era calvo). A todos les decía lo mismo y siempre obtenía la misma respuesta:

- Yo: Tito, tito, ¿tu no tendrá ningún pelo de tonto no?

- Tito: jaja no niño no. Y no te rías que nosotros somos donantes de pelos, no calvos.

Y así años tras años, hasta que me he distanciado un poco de ellos por miedo a que me contagien. Lo que sospecho es que el auténtico inconveniente lo tengo en casa. Mi "Kalvin-Klein"... Menudo payaso. Mi hermana y yo, cuando vemos que ya tiene bastantes pelos y un cerete dibujado en la cabeza, cogemos la maquinilla, ponemos el botón justo arriba del " on " donde pone "reíros un rato de vuestro padre", y nos regalamos varias carcajadas... Aunque él lo lleva bien.

Un día mientras lo pelaba le pregunté:

- Yo: Papá, ¿a que no sabes cuál es el colmo de un calvo?

- Papá: ¿Cuál?

- Yo: Tener ideas descabelladas.

No tardó ni un segundo en levantarse para darme un guantazo y...no sé como pero se me escapó la maquinilla y le hice un trasquilón. Para desagraviar la situación le regalé un peine. En fin, aunque no quiera perder mi pelaje, creo que con todas las bromas que existen, ser calvo no es tan malo, te ríes un rato con lo que te dicen y lo mejor de todo es que no te tienes que peinar por las mañanas.

" Cuando vamos de compras él no gasta dinero en champús "

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