¿Droga?
Seguiremos dando guerra
- Tita Loli: ¿Sí?
- Emeá: Tita, ¿está el primo?
- TL: Está durmiendo Pablo, ¿lo despierto?
- Emeá: Sí, sí, que se joda, por perro…
- TL: Niño, despiértate que está el primo al teléfono.
- Erudito: ¿Pero mamá, tú has visto qué hora es? ¡Que son las 16:15 de la mañana!
- TL: Bueno Pablo hijo, te dejo ya que hables tú con él, hasta luego…
- Erudito: Iyo ¿Qué quieres cabrón? Tan temprano...
- Emeá: Primo, que hoy cumple 2 años… ¡2 años ya tío!
- Erudito: ¿qué hablas mamón? ¿No cumplía 5?
- Emeá: A ver capullo… ¡!El blog! ¡Que cumple 2 años!
- Erudito: ¡Ah, ostias! Pues ¿A ver si hacemos algo guapo no?
Como en todo, el segundo año ha sido mucho más difícil que el primero: menos ganas que hacen que escribamos menos, lo cual hace que nuestros seguidores desconecten más fácilmente, de estos algunos vuelven a conectar y otros no, y esto trae consigo que haya menos comentarios lo que provoca que nuestra motivación descienda, algo que se traduce en “menos ganas”. Una espiral en descenso. Eso sí, manteniéndonos en la línea de tetas, humor, más tetas, algún que otro culito... Que nunca falten ¿verdad?
De vuelta
Y sí, ya sé que hace 4 meses que no escribo, y no os voy a engañar ni a poner escusas. Si no lo he hecho no ha sido por falta de tiempo, ideas ni apoyo. Si no lo he hecho a sido simple y llanamente porque no he tenido ganas. Preferí salir a la calle, jugar a la play, ver la tele o simplemente sentarme en el sillón y rascarme los cojones con una mano mientras con la otra me sacaba mocos y los hacía pelotillas.
El nuevo formato que a adquirido el blog me gusta; que Reinaldo sea jefe del planeta eskoria hace que mis cojone se pongan duros y redonditos y que mi primo ya no sea “Miguelage” sino “Erudito” es tan motivante como la idea de cagar y no mancharte el culo, ni de mierda ni de agua.
Ahora me voy, no tengo mas ganas de escribir por hoy...
Os dije que estaba de mal humor.
El rescate II
Para ver la segunda parte de "El secuestro" haz click en este enlace.
Para ver la tercera parte de "El secuestro" haz click en este enlace.
Para ver cómo empezó todo haz click en este enlace.
Para ver la primera parte de "El rescate" haz click en este enlace.
Esta tarde entró por mi ventana un moscardón verde tan grande que pude ver como en su pata tenía tatuado "amor de madre (L)". Fui rápidamente al armario de los productos de limpieza buscando algún insecticida que me permitiera acabar con tan tremendo bicho. Y ahí encontré ese repelente para moros que compré cuando planeaba aquel rescate a Miguelage. Recuerdo que aquel día sonó el teléfono de casa...
- Yo: ¿¿Digamelón??
- Miguelage: Emeá, te he estado llamando al móvil pero no me lo has cogido. Gracias por todo tío, despídeme de todos de mis partes y dile a mi abuela que siento haber llamado varias veces a sus amigas mientras me masturbaba.
- Yo: Tío, se me ha debido caer, no lo encuentro. ¿De qué hablas?, déjate de cachondeo. ¿dónde estas?.
- Miguelage: Emeá, estoy metido en un lío muy gordo. Hay moros, metralletas y cagadas en el maletero de un Audi a4. He llamado a JD pero estaba ocupado, y Dieguito lleva desaparecido desde que se puso mortadela en los sobacos y meó en los lavabos. Así que te toca venir a por mí. Estoy en el 742 de Evergreen perras.
-Yo: Voy inmediatamente.
Me vestí tan rápido como pude para salir lo antes posible, pero entonces recordé que él siempre me había hecho esperar a mí. Nunca llega puntual el "hijolagranputa". Eso se juntó con que yo tenía bastante hambre así que ordene a mi madre que me preparara un huevo frito con patatas. Mientras comía recordé todas esas películas de mafia china, portuguesa, rusa e italiana, pero no recordaba ninguna mafia de moros. Aun así, era evidente que había que tener mucho cuidado.
Ahora sí estaba listo. Vestido, con el estómago lleno y con tremendas ganas de repartir patadas en la boca a la mafia al más puro estilo Brigante.
Mientras corría en busca de mi socio, sonó el teléfono de una cabina (sí, ya sé que esas cosas solo pasan en las películas pero…). Lo cogí y resultó ser JD, que me pidió por favor que le llevara la moto al taller; el problema, evidentemente, era de los putos manguitos.
Una vez subido en tremenda jaca apreté el puño y salí con las ruedas derrapando. Aun saltándome 3 semáforos en rojo no conseguí tardar menos de 7 u 8 minutos, demasiado tiempo teniendo en cuenta que la vida de mi compañero corría peligro. Cuando llegué a Eveergreen Perras vi como Miguelage intentaba escapar de una gran pelota de Pakistaní.
- Miguelage: Tío, ¿Y esa moto?
- Yo: Me la ha dejado JD, que se sentía culpable y quería compensarte.
- Miguelage: ¡Qué grande JD!...Tenemos que huir hacia alguna playa, no hay moros en la costa. Bueno, arranca, no hay tiempo para más, ¡el moro nos va a matar a los dos!
- Yo: ¿Cómo? ¿Que el moro qué?
Esas palabras rebotaron en mi cabeza un par de veces y no lo dudé ni un instante. Ahora si que me habían hecho enfadar...
Te imaginas que...¿¿¿
Te imaginas que…
Llegas a tu casa a las 2 de la mañana después de haberte metido un serranito de jamón, huevo y lomo “adobao” con ganas tremendas de... esto, hacer de vientres. Pero esto no es una cagada cualquiera (si sabes conjugar ese tiempo con el verbo hacer de vientre dame un toque), esto era la cagada de tu vida. El mayor cicatee que has plantado y vas a plantar en tu existencia. Te quedas hasta a gusto.
Pero toda esa sensación de placer y felicidad se convierte en incomodidad y fatalidad cuando al echar mano de papel te das cuenta de que del royo de papel higiénico no queda ni el cartón.
Buscas entre los muebles de tu cuarto de baño, de tu cocina, de tu pasillo y por fin encuentras esa bolsa llena de esponjosos rollos de papel. Por fin consigues limpiarte el culo y estas dispuesto a tirar de la cisterna y meterte en la ducha y notas que falta el ruido de la cisterna. La cisterna no va. Ya con el culo limpio y los calzoncillos subidos buscas un baño en el que poder echar agua para precipitarla sobre esa tremenda obra de arte mientras te quedas pensando que, posiblemente, jamás verás otra igual… ???
Yo sí...
A falta de inspiración...
Lo he intentado todo, poniéndome música romántica, música negra, música de esta que escuchan los “rastafaris”, rap, música porno… a no, eso fue una película. En fin, que lo he intentado con todo tipo de músicas. También probé a darme una vueltecita por el barrio mientras comía pipas, pero ni por esas.
Finalmente decidí volverme a mi casa, ponerme el pijama, hacerme un pajote y acostarme… Ya habrá tiempo para escribir…
Comerme el pito
San Viernes...
Después de comernos unas oreos de chocolate tito y yo eramos dos jóvenes guapos, libres, azucarados y con toda una mañana por delante, pero también muy aburridos:
- Yo: Estrangulé al puto zurullo.. ¡Jáh!
Paseando por las bellas calles del barrio Santa Cruz nos encontramos con un grupo de jóvenes italianas de muy buen parecer:
La penúltima parada de la mañana la hicimos en casa de unos amigos, el parque de la Buhaira. Ayí, empezamos a hablar de lo cerca que estaba el final del planeta y que el Betis sin Lopera posiblemente estaría entre los 3 mejores equipos del mundo, pero eso es algo de lo que ya os hablaré otro día.
Infidelidades que confesar
El caso es que a los tres cuartos de hora de juego aproximadamente y habiendo transcurrido ya unas 6 tandas a mi se me cayó una carta al suelo, debajo de la mesa. Mi sorpresa llegó cuando me agaché para recogerla y vi que la novia de mi primo no yevaba bragas. Me levanté con la cara blanca. Debía notarse mucho mi cara de asombro, porque mi primo me pregunto:
- Miguelage: ¿Iyo que te pasa?
- Yo: Emm.. creo que el chocho.. digo el poncho.. el poncho... me ha... me ha sentado regular. Voy a por un vasito de agua, ahora vengo.
Mientras estaba en la cocina intentando reponerme un poco de la impresión llegó la novia de mi primo y me dijo que si quería que lo de debajo de la mesa fuera mío por unas horas, solo tenía que darle 70€. Tras pensármelo unos minutos acepté la propuesta, y quedamos en encontrarnos a la mañana siguiente. Esta vez sería yo el que faltara al instituto por cuestiones sexo-personales.
A la mañana siguiente, después de una sesión de sexo de horas, le pagué los 70€ acordados y me fui.
Por la tarde, quedaron Miguelage y su novia para estar un rato juntos.
- Miguelage: ¿Has estado esta mañana con Emeá?
- Novia de Miguelage: (A regañadientes y un tanto sorprendida). Si me encontré con el esta mañana.
- Miguelage: ¿Y te dio 70€?
- Novia de miguelage: (Dios mío, él lo sabe). Sí, me los dio.
Miguelage: Ah, que bueno! Es que se pasó ayer por mi casa diciéndome que le prestara 70€ que los necesitaba urgentemente, que ya me los devolvería cuando me viera, y que si no pues te lo daría a ti si te veía. ¡Qué buena gente es mi amigo Emeá!
Una vela por apagar
Pero sinceramente no creo que unas palabras tan frías puedan describir algo tan caliente... Y cuando digo caliente me refiero a ese sentimiento que hace que no quieras despegarte de la otra persona, me refiero a la sensación que no te deja dormir cuando piensas que puede estar tan solo "molesto" por algo que has dicho o hecho... La misma que hace que cada vez que te acuestes recuerdes caricias y besos que te parecen inmejorables hasta que de nuevo te demuestra que todo puede mejorar...
Y es que a mi todo esto me parece inmejorable... Pero solo me lo parece... Porque un día la pestaña volará, la vela se apagará y mi deseo se cumplirá una vez más... Y ahí creedme, esta vez sí que sí... Todo será inmejorable...
Como librarse de las lentejas...
-Yo: Mamá, ¿hoy no me esperes para comer vale?
"Yo puedo hacerte de comer todo lo que desees"
Saludos desde el Paraíso
Porque contigo todo es diferente… Contigo río al discutir y lloro de felicidad… Cuando estoy contigo tengo la sensación de que sin ti me quedaría en nada. En un grano de arena, en una gota de agua; en un planeta que necesita un sol para que en el haya algo de vida…
Pero eso ya me tocará escribirlo en su momento. Ahora prefiero disfrutar de este presente en el que tú y yo somos los protagonistas, un presente con la incertidumbre de no saber si estoy soñando o despierto… Pero con la certeza cuando me acuesto, de que al levantarme seguiré volando, ahí arriba “donde una mirada vale más que mil palabras”.