Triste realidad...

La gente siempre se sube al carro que más gente lleva. Será por aquello de: “mal de muchos, consuelo de tontos”. Pero si lo piensas no es tan tonto subirse al carro más lleno. No es ninguna tontería hacer que tu opinión coincida con la de los demás. De este modo cuando te equivocas no tienes que reconocerlo, ya que siempre tienes detrás a los cuatro anónimos (que siempre hablan en masa) para defender la basura de argumento que proponen tus líderes. Por cierto, esos líderes ahora mismo te están criticando. Además, así, si el carro vuelca no eres tu el único que te estampas. Buen consuelo ¿no?

Yo, desde luego, prefiero seguir mi vida, empujando mi propio carro, en el que yo creo el argumento y yo lo defiendo (junto a algún que otro loco que hay por ahí), sin necesidad de que nadie coma de mi culo para que le de dos palmaditas en la espalda.

¿Soy por esto mejor? No, de hecho en caso de que los dos carros chocaran de frente el que descarrilaría no sería otro que el mío, el carro del raro, el carro de ese loco que sí es capaz de pensar por si solo.

Emeá