Te imaginas que…
Llegas a tu casa a las 2 de la mañana después de haberte metido un serranito de jamón, huevo y lomo “adobao” con ganas tremendas de... esto, hacer de vientres. Pero esto no es una cagada cualquiera (si sabes conjugar ese tiempo con el verbo hacer de vientre dame un toque), esto era la cagada de tu vida. El mayor cicatee que has plantado y vas a plantar en tu existencia. Te quedas hasta a gusto.
Pero toda esa sensación de placer y felicidad se convierte en incomodidad y fatalidad cuando al echar mano de papel te das cuenta de que del royo de papel higiénico no queda ni el cartón.
Buscas entre los muebles de tu cuarto de baño, de tu cocina, de tu pasillo y por fin encuentras esa bolsa llena de esponjosos rollos de papel. Por fin consigues limpiarte el culo y estas dispuesto a tirar de la cisterna y meterte en la ducha y notas que falta el ruido de la cisterna. La cisterna no va. Ya con el culo limpio y los calzoncillos subidos buscas un baño en el que poder echar agua para precipitarla sobre esa tremenda obra de arte mientras te quedas pensando que, posiblemente, jamás verás otra igual… ???
Yo sí...
3 comentarios:
Mis mojones siempre son descomunales compañero
ensergio? ¬¬
jajajaajja truños como puños http://www.youtube.com/watch?v=MD6LTITHyPw
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