Una vela por apagar

Según la RAE, amor es un sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.

Pero sinceramente no creo que unas palabras tan frías puedan describir algo tan caliente... Y cuando digo caliente me refiero a ese sentimiento que hace que no quieras despegarte de la otra persona, me refiero a la sensación que no te deja dormir cuando piensas que puede estar tan solo "molesto" por algo que has dicho o hecho... La misma que hace que cada vez que te acuestes recuerdes caricias y besos que te parecen inmejorables hasta que de nuevo te demuestra que todo puede mejorar...


Y es que a mi todo esto me parece inmejorable... Pero solo me lo parece... Porque un día la pestaña volará, la vela se apagará y mi deseo se cumplirá una vez más... Y ahí creedme, esta vez sí que sí... Todo será inmejorable...

Como librarse de las lentejas...

Este medio día cuando llegué a mi casa, mientras dejaba el abrigo en el perchero y me quitaba los botines le dije a mi madre:

-Yo: Mamá, ¿hoy no me esperes para comer vale?


-Mamá: ¿Qué dices niño? ¿Por qué?


-Yo: ¡¡Pues porque ya estoy aquí!!


-Mamá: Joder Pablo, llevas haciendo la misma broma cinco martes seguidos… ¿No te enteras de que no tiene gracia?


-Yo: Mamá joé pareces mi novia… todo el tiempo cortándome el royo. ¿Qué hay de comer?


-Mamá: Lentejas…


-Yo: Tss… que asco de lentejas mamá… si parece comida de perro…


Mi hermano chico es un pelota y un muerto de hambre y en cuanto le pusieron el plato por delante se lo comió sin rechistar. Además si se lo come todo mi madre lo premia montándolo en las colchonetas o dándole un huevo kinder. Así cualquiera…


Yo, sin embargo, no estaba dispuesto a ponerle las cosas tan fáciles a mi malvada madre. Cuando plantó el potaje en la mesa mi primera reacción es poner cara de asco y desgana. Después picoteo aceitunas, queso y croquetas… Mi madre comienza a mosquearse: ¡¡Niño, que dejes ya las aceitunas!! Cuando mi madre se lleva todo lo “picoteable”, entramos en la segunda fase, jugar con la comida: Cojo la cuchara con la derecha, un trocito de pan con la izquierda y me pongo a remover aquella pastosa papilla… Que si me la llevo a los bordes para que se enfríe, que ahora esta fría y me la traigo al centro para que se caliente; que ahora cojo una cucharada y te amago con que me la voy a meter en la boca pero la dejo de nuevo en el plato… Mientras hago todo esto, miro de reojo como mi madre se pone negra ante la impertinencia de su hijo. En este momento me encuentro a un pequeño paso de conseguir mi objetivo, que me haga un huevo frito. Y justo cuando parece que me voy a tener que comer las lentejas me viene la inspiración como a ese adolescente al que se le empalma, de repente. Hice como el que tenía sed, cogí la botella de agua, acerque el vaso a mi plato y…


-Mamá: ¡¡Niño, niño, niño!! ¿Tú eres subnormal? ¡¡Ya te has cargado las lentejas!!


-Yo: Perdona mamá, ha sido sin querer


-Mamá: Toma anda… cómete las mías que yo me he echado muchas…


Por suerte esa noche mi hermano pequeño había estado especialmente porculero y mi madre estaba destrozada, por lo que no tuvo mas remedio que echarse una siesta, momento que yo aproveché para tirar las lentejas por el water y comerme esos pastelitos que sobraron de mi cumpleaños…

"Yo puedo hacerte de comer todo lo que desees"